VOCES entre VOCES
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LA PRIMERA VÍCTIMA DE LA GUERRA ES SIEMPRE LA VERDAD.
729 ES EL CÓDIGO COMERCIAL DE ISRAEL, TODOS LOS CÓDIGOS DE BARRAS DE LOS PRODUCTOS QUE EXPORTAN EMPIEZAN POR ESE NÚMERO.ADEMÁS, RECIENTEMENTE UN GRUPO FINANCIERO ISRAELÍ HA COMPRADO UNA GRAN PARTICIPACIÓN DE CARREFOUR.LA CAUSA ÚLTIMA DE LAS GUERRAS SIEMPRE ES LA CODICIA, EL DINERO, NO COMPRES PRODUCTOS DE ISRAEL MIENTRAS SEA UN ESTADO GENOCIDA.
"Las fieras", de Ernesto Mejía Sánchez (Nicaragua, 1923-1985)
Estamos
echados sobre el césped
y
no tienen piedad de nuestra dicha.
Nos
espiaron ensañados. En sus ojos
no
había curiosidad ni complacencia.
Envidia,
sólo envidia con ira.
Nadie
quiso cubrirnos ni con una
mirada
de pudor. ¿Pero
qué
saben ellos de esto?
Querían,
lo supongo, avergonzar mi amor,
el
tuyo, el poco amor del mundo.
Y
no pudieron con nosotros.
Jadeantes,
al fin de nuestra lucha,
ahí
estaban, representando el odio
que
con tanto trabajo habíamos
logrado
arrancar de nuestro pecho.
(Estamos
solos contra ellos
pero
ellos están más solos
que
nosotros. A ellos no los
une
ni el odio, a nosotros
hasta
su odio nos reúne).
Quizá
llegaron cuando yo era tu yo
y
yo era tuyo. Nunca lo sabremos.
Jadeantes,
saboreando, lamiendo
nuestra
dicha nos encontraron. Echados
sobre
el césped nos acorralaron
como
fieras. Y, ahí, a sus ojos furiosos,
aterrorizados,
hicimos de nuevo
nuestro
fuego ya sin recato
pero
imperturbable —y ellos viéndonos,
viéndonos,
ignorantes y viéndonos.
Ernesto
Mejía Sánchez en Poesía
contemporánea de Centroamérica (Los
libros de la frontera,
Barcelona, 1983, selec. de Roberto
Armijo y Rigoberto
Paredes).
Otros
poemas de Ernesto Mejía Sánchez
https://franciscocenamor.blogspot.com/

TEMAS
TERTULIA 19-9-2025
TELEPATÍA
SOMATIZACIÓN
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS
TERTULIA 12-9-2025
LLUVIA
PROCRANISTACIÓN
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Colaboración gráfica: Victoria Blanco.
LLUVIA
Parecía
una tormenta de tantas, precedida, como la mayoría, de los ruidos y
detonaciones propias de un gran aguacero.
Al
principio la tierra, sedienta, absorbía el líquido como una
esponja, pero luego, ya saturada, comenzó la catástrofe. Todos
corríamos desesperados, unos a recoger alimentos y transportarlos a
un lugar seco y seguro, pues sobrevivir a la catástrofe para perecer
de hambre significaría alargar inútilmente la agonía.
Otros
tuvieron un comportamiento heroico al intentar rescatar del hospital
infantil el mayor número posible de recién nacidos. La mayoría no
sabía qué hacer, desesperados después de comprobar que era algún
tipo de lluvia ácida, pues no era agua lo que esa enorme sombra del
cielo arrojaba sobre miles de nosotros.
Los
caminos eran ríos y las plazas lagos desbordados. Los cuerpos
flotaban sobre la corriente como hojas de un otoño macabro.
El
espectáculo era dantesco: unos suplicaban al dios de dioses, al que
creían responsable de cuanto ocurría; otros, con la mirada perdida,
esperaban resignados la muerte.
“Dani,
apártate de ahí, que te van a picar, y lávate las manos para
comer”
“Voy,
mamá”, contestó el niño, mientras observaba como las últimas
gotas de su orina caían sobre el inundado hormiguero.
“Mamá,
¿las hormigas saben nadar . . .?”
Nekovidal
– nekovidal@gmail.com
ARTES
LIBRES – www.arteslibres.net
www.arteslibresdeandalucia.com
LLUVIA
Al
levantarme, descubrí una negra columna que ascendía por uno de los
pilares del fregadero, para luego continuar en horizontal en una
hilera, que avanzaba acompasadamente hacia un punto que se perdía en
la unión de los grifos con la pila. Eran las hormigas, mis
inquilinas ocasionales, que iban y venían por la misma ruta, sin
chocarse siquiera y empeñadas en un trajín sistemático, que daba
al conjunto un balanceo monótono e hipnotizante, para mis ojos
todavía medio entornados entre el aleteo del sueño. No quise
interrumpirlas demasiado. Siempre tuve un gran respeto por estos
insectos al verlos tan laboriosos y esforzados en preservar su
hábitat y aunque a veces me disguste un poco encontrármelos en el
camino de mis quehaceres cotidianos, procuro hacer como si no las
viera.
Sólo
al cargar la pava para el desayuno, noté que algunas se dispersaban,
las que estaban más cerca del chorro de agua, seguramente
sobresaltadas por el ruido que producía al caer haciendo eco sobre
el metal.
La
mañana era calurosa. Olvidándome de las hormigas, me senté a tomar
mi mate cocido y ya noté que una mosca testaruda se posaba al filo
de la taza, o en el borde del azucarero, sobre la radio, luego en un
tarro de especias; la mesa de mi cocina era para ella un mundo por
descubrir y cada vez que yo intentaba darle caza, ella se zafaba
burlándose de mí. Conforme pasaban las horas aumentaba el calor e
iban apareciendo pequeños enjambres de moscas que zumbaban y se
tropezaban constantemente con mi frente o con alguna otra parte de mi
cara, como si esperaran de mí la respuesta a alguna duda crucial de
sus efímeras existencias.
El
sol del mediodía fue cediendo paso a un nublado denso cargado de
humedad, creando un ambiente bochornoso en el que el trajín de
moscas iba en aumento dentro y fuera de la casa. En la calle los
vecinos, mientras charloteaban, daban manotazos en el aire a diestra
y siniestra para librarse del acoso mosqueril.
Al
caer la tarde comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia. Me di
prisa, colocando estratégicamente en algunas zonas del patio tres
paraguas ya desvencijados, para proteger algunos objetos y plantas
delicadas que se encontraban muy expuestas. Gran decisión; apenas
media hora más tarde, un rio de agua a gran velocidad avanzaba por
paredes y suelo arrastrando consigo hojas y flores del jazmín y la
bugambilla, como si una primavera ahogada en su propio llanto,
sucumbiera en el desagüe sin remedio. Las hormigas y las moscas,
eran los signos inequívocos de esta tormenta; unas, saliendo a hacer
acopio de víveres antes de que el agua sellara los caminos de acceso
a sus despensas de alimento; las otras, presintiendo una muerte
inminente y tratando de subsistir el mayor tiempo posible en los
rincones más cálidos de los hogares, o cerca del corazón de los
seres humanos, para no morir solas; tal vez ellas también lleven
impreso el miedo a lo desconocido. La lluvia no cesó por dos días.
Bajo los primeros rayos de sol del tercero, varios paraguas
recuperaban su tersura brillando todavía por algunas gotas dispersas
en su superficie. Así es que cuando llegan los días de lluvia, los
paraguas se abren en mi patio como flores raras de una especie nada
común.
HAYDÉE
ACOSTA (Nerja)
PROCRANISTACIÓN
La
procrastinación es la perfecta imperfección de nunca empezar.
Sabrina
Chakour
PROCRANISTACIÓN
Hay
gente con tendencia a procrastinar o atrapada en
ese bucle (si no logramos hacer o dejar de tener una
conducta a pesar de querer, es un patrón automático
aunque no lo parezca).
Para
ellos, lograr salir de su zona de confort y ponerse en
marcha es difícil.
A
veces, dar un pequeño paso y hacer "algo" puede
parecerles (al ego juzgón) pequeño y "ridículo", y
nada ni remotamente celebrable.
Pero lo
es.
Por
supuesto que lo es.
Hay
otras personas con tendencia a "hacer".
A
estar siempre en actividad. Solucionando problemas. Ayudando a los
demás. Apuntándose a cosas. Haciendo planes. Trabajando y
trabajando.
Si
es voluntario y lo disfrutan, obviamente no hay ningún
problema.
(Al
igual que con los procrastinadores felices).
Pero
si les empieza a costar la salud, la pareja, la paz, o cualquier otra
cosa que consideren importante en su vida...
Y
saben que querrían frenar pero a pesar de eso no lo
hacen...
Ahí,
el paso aparentemente pequeño y "ridículo" es parar.
Descansar.
No
hacer nada.
Desde
fuera siempre habrá quienes nos comprendan, y quienes no.
Personas
queridas que tengan vivencias parecidas, y personas queridas con
vivencias contrarias.
Por
eso no tiene sentido compararse con otros.
Por
eso, los consejos bienintencionados de otros basados
en sus propias experiencias y sus
propias creencias (filtros para ver la vida)...
suelen tener un valor limitado.
Por
eso lo importante es que te conozcas y tengas claro qué es
importante para ti.
Qué
te resulta difícil a ti.
Qué
"pequeño" logro, para ti no es pequeño en absoluto.
Y
es por tanto digno de celebración.
¿Qué
podrías celebrar esta semana?
Sara
Vidal Tanaka - Caminando con Sara
Si
este texto ha resonado contigo y quieres recibir reflexiones y
anécdotas similares en tu correo, y además te interesa el ebook
gratuito "¿Por qué siempre me pasa lo mismo? 5 pistas para
cambiar la perspectiva"...
Entra
en la web de Caminando con Sara y rellena el
formulario: https://caminandoconsara.com/
COLORES
Busco
llenar de colores este lienzo de la vida
tras
el calor ficticio de un verano
recalentado
por fuego de metralla y de incendios
que
esconden y falsean la frialdad de la muerte
que
amanece de cielos eternamente opacos
sobre
paisajes yertos de cuerpos mutilados.
Voy
buscando ese verde sagrado de los árboles
los
azules matices de ese mar tan cambiante
que
lo mismo es azul que color rojo sangre.
Busco
el celeste diáfano de un cielo transparente
o
el blanco de las nubes que viajan libremente
los
púrpuras violáceos de atardeceres plácidos
los
rosa delicados de amaneceres claros
el
amarillo oro del sol tras las cortinas
el
marrón caducado de las hojas caídas.
Busco
cada color y todos los colores
que
descubrió la vida a mi primera vista
Busco
el pacto de amor de este árido presente
para
seguir confiando en todo lo existente.
Es
preciso pintar de nuevo el universo
Que
vuelva a relumbrar con colores eternos
Que
no los lleve el agua o los consuma el fuego
Que
devuelvan la luz a un largo y negro espectro.
HAYDÉE
ACOSTA Nerja
MICRORRELATOS,
AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Estamos echados sobre el césped
y no tienen piedad de nuestra dicha.
Nos espiaron ensañados. En sus ojos
no había curiosidad ni complacencia.
Envidia, sólo envidia con ira.
Nadie quiso cubrirnos ni con una
mirada de pudor. ¿Pero
qué saben ellos de esto?
Querían, lo supongo, avergonzar mi amor,
el tuyo, el poco amor del mundo.
Y no pudieron con nosotros.
Jadeantes, al fin de nuestra lucha,
ahí estaban, representando el odio
que con tanto trabajo habíamos
logrado arrancar de nuestro pecho.
(Estamos solos contra ellos
pero ellos están más solos
que nosotros. A ellos no los
une ni el odio, a nosotros
hasta su odio nos reúne).
Quizá llegaron cuando yo era tu yo
y yo era tuyo. Nunca lo sabremos.
Jadeantes, saboreando, lamiendo
nuestra dicha nos encontraron. Echados
sobre el césped nos acorralaron
como fieras. Y, ahí, a sus ojos furiosos,
aterrorizados, hicimos de nuevo
nuestro fuego ya sin recato
pero imperturbable —y ellos viéndonos,
viéndonos, ignorantes y viéndonos.
Ernesto Mejía Sánchez en Poesía contemporánea de Centroamérica (Los libros de la frontera, Barcelona, 1983, selec. de Roberto Armijo y Rigoberto Paredes).
Otros poemas de Ernesto Mejía Sánchez
https://franciscocenamor.blogspot.com/

TEMAS TERTULIA 19-9-2025
TELEPATÍA
SOMATIZACIÓN
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
TEXTOS TERTULIA 12-9-2025
LLUVIA
PROCRANISTACIÓN
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Colaboración gráfica: Victoria Blanco.
LLUVIA
Parecía una tormenta de tantas, precedida, como la mayoría, de los ruidos y detonaciones propias de un gran aguacero.
Al principio la tierra, sedienta, absorbía el líquido como una esponja, pero luego, ya saturada, comenzó la catástrofe. Todos corríamos desesperados, unos a recoger alimentos y transportarlos a un lugar seco y seguro, pues sobrevivir a la catástrofe para perecer de hambre significaría alargar inútilmente la agonía.
Otros tuvieron un comportamiento heroico al intentar rescatar del hospital infantil el mayor número posible de recién nacidos. La mayoría no sabía qué hacer, desesperados después de comprobar que era algún tipo de lluvia ácida, pues no era agua lo que esa enorme sombra del cielo arrojaba sobre miles de nosotros.
Los caminos eran ríos y las plazas lagos desbordados. Los cuerpos flotaban sobre la corriente como hojas de un otoño macabro.
El espectáculo era dantesco: unos suplicaban al dios de dioses, al que creían responsable de cuanto ocurría; otros, con la mirada perdida, esperaban resignados la muerte.
“Dani, apártate de ahí, que te van a picar, y lávate las manos para comer”
“Voy, mamá”, contestó el niño, mientras observaba como las últimas gotas de su orina caían sobre el inundado hormiguero.
“Mamá, ¿las hormigas saben nadar . . .?”
Nekovidal – nekovidal@gmail.com
ARTES LIBRES – www.arteslibres.net
www.arteslibresdeandalucia.com
LLUVIA
Al levantarme, descubrí una negra columna que ascendía por uno de los pilares del fregadero, para luego continuar en horizontal en una hilera, que avanzaba acompasadamente hacia un punto que se perdía en la unión de los grifos con la pila. Eran las hormigas, mis inquilinas ocasionales, que iban y venían por la misma ruta, sin chocarse siquiera y empeñadas en un trajín sistemático, que daba al conjunto un balanceo monótono e hipnotizante, para mis ojos todavía medio entornados entre el aleteo del sueño. No quise interrumpirlas demasiado. Siempre tuve un gran respeto por estos insectos al verlos tan laboriosos y esforzados en preservar su hábitat y aunque a veces me disguste un poco encontrármelos en el camino de mis quehaceres cotidianos, procuro hacer como si no las viera.
Sólo al cargar la pava para el desayuno, noté que algunas se dispersaban, las que estaban más cerca del chorro de agua, seguramente sobresaltadas por el ruido que producía al caer haciendo eco sobre el metal.
La mañana era calurosa. Olvidándome de las hormigas, me senté a tomar mi mate cocido y ya noté que una mosca testaruda se posaba al filo de la taza, o en el borde del azucarero, sobre la radio, luego en un tarro de especias; la mesa de mi cocina era para ella un mundo por descubrir y cada vez que yo intentaba darle caza, ella se zafaba burlándose de mí. Conforme pasaban las horas aumentaba el calor e iban apareciendo pequeños enjambres de moscas que zumbaban y se tropezaban constantemente con mi frente o con alguna otra parte de mi cara, como si esperaran de mí la respuesta a alguna duda crucial de sus efímeras existencias.
El sol del mediodía fue cediendo paso a un nublado denso cargado de humedad, creando un ambiente bochornoso en el que el trajín de moscas iba en aumento dentro y fuera de la casa. En la calle los vecinos, mientras charloteaban, daban manotazos en el aire a diestra y siniestra para librarse del acoso mosqueril.
Al caer la tarde comenzaron a caer las primeras gotas de lluvia. Me di prisa, colocando estratégicamente en algunas zonas del patio tres paraguas ya desvencijados, para proteger algunos objetos y plantas delicadas que se encontraban muy expuestas. Gran decisión; apenas media hora más tarde, un rio de agua a gran velocidad avanzaba por paredes y suelo arrastrando consigo hojas y flores del jazmín y la bugambilla, como si una primavera ahogada en su propio llanto, sucumbiera en el desagüe sin remedio. Las hormigas y las moscas, eran los signos inequívocos de esta tormenta; unas, saliendo a hacer acopio de víveres antes de que el agua sellara los caminos de acceso a sus despensas de alimento; las otras, presintiendo una muerte inminente y tratando de subsistir el mayor tiempo posible en los rincones más cálidos de los hogares, o cerca del corazón de los seres humanos, para no morir solas; tal vez ellas también lleven impreso el miedo a lo desconocido. La lluvia no cesó por dos días. Bajo los primeros rayos de sol del tercero, varios paraguas recuperaban su tersura brillando todavía por algunas gotas dispersas en su superficie. Así es que cuando llegan los días de lluvia, los paraguas se abren en mi patio como flores raras de una especie nada común.
HAYDÉE
ACOSTA (Nerja)
PROCRANISTACIÓN
La procrastinación es la perfecta imperfección de nunca empezar.
Sabrina Chakour
PROCRANISTACIÓN
Hay gente con tendencia a procrastinar o atrapada en ese bucle (si no logramos hacer o dejar de tener una conducta a pesar de querer, es un patrón automático aunque no lo parezca).
Para ellos, lograr salir de su zona de confort y ponerse en marcha es difícil.
A veces, dar un pequeño paso y hacer "algo" puede parecerles (al ego juzgón) pequeño y "ridículo", y nada ni remotamente celebrable.
Pero lo es.
Por supuesto que lo es.
Hay otras personas con tendencia a "hacer".
A estar siempre en actividad. Solucionando problemas. Ayudando a los demás. Apuntándose a cosas. Haciendo planes. Trabajando y trabajando.
Si es voluntario y lo disfrutan, obviamente no hay ningún problema.
(Al igual que con los procrastinadores felices).
Pero si les empieza a costar la salud, la pareja, la paz, o cualquier otra cosa que consideren importante en su vida...
Y saben que querrían frenar pero a pesar de eso no lo hacen...
Ahí, el paso aparentemente pequeño y "ridículo" es parar.
Descansar.
No hacer nada.
Desde fuera siempre habrá quienes nos comprendan, y quienes no.
Personas queridas que tengan vivencias parecidas, y personas queridas con vivencias contrarias.
Por eso no tiene sentido compararse con otros.
Por eso, los consejos bienintencionados de otros basados en sus propias experiencias y sus propias creencias (filtros para ver la vida)... suelen tener un valor limitado.
Por eso lo importante es que te conozcas y tengas claro qué es importante para ti.
Qué te resulta difícil a ti.
Qué "pequeño" logro, para ti no es pequeño en absoluto.
Y es por tanto digno de celebración.
¿Qué podrías celebrar esta semana?
Sara Vidal Tanaka - Caminando con Sara
Si este texto ha resonado contigo y quieres recibir reflexiones y anécdotas similares en tu correo, y además te interesa el ebook gratuito "¿Por qué siempre me pasa lo mismo? 5 pistas para cambiar la perspectiva"...
Entra en la web de Caminando con Sara y rellena el formulario: https://caminandoconsara.com/
COLORES
Busco llenar de colores este lienzo de la vida
tras el calor ficticio de un verano
recalentado por fuego de metralla y de incendios
que esconden y falsean la frialdad de la muerte
que amanece de cielos eternamente opacos
sobre paisajes yertos de cuerpos mutilados.
Voy buscando ese verde sagrado de los árboles
los azules matices de ese mar tan cambiante
que lo mismo es azul que color rojo sangre.
Busco el celeste diáfano de un cielo transparente
o el blanco de las nubes que viajan libremente
los púrpuras violáceos de atardeceres plácidos
los rosa delicados de amaneceres claros
el amarillo oro del sol tras las cortinas
el marrón caducado de las hojas caídas.
Busco cada color y todos los colores
que descubrió la vida a mi primera vista
Busco el pacto de amor de este árido presente
para seguir confiando en todo lo existente.
Es preciso pintar de nuevo el universo
Que vuelva a relumbrar con colores eternos
Que no los lleve el agua o los consuma el fuego
Que devuelvan la luz a un largo y negro espectro.
HAYDÉE
ACOSTA Nerja
MICRORRELATOS, AFORISMOS Y OTRAS COSAS DE LOS PAPALAGUI.
Los 4 tipos de autoestima: ¿te valoras a ti mismo?
Características básicas de las diferentes formas de autoestima.
Existen
diferentes tipos de autoestima según si es alta o baja y estable o
inestable. La autoestima es uno
de los factores más relevantes para el bienestar personal y
una clave para relacionarnos con el entorno que nos rodea de una
manera positiva.
Ya
que los diferentes tipos de autoestima tienen sus peculiaridades, en
el artículo de hoy vamos a repasar sus características.
Existen diferentes tipos de autoestima según si es alta o baja y estable o inestable. La autoestima es uno de los factores más relevantes para el bienestar personal y una clave para relacionarnos con el entorno que nos rodea de una manera positiva.
Ya que los diferentes tipos de autoestima tienen sus peculiaridades, en el artículo de hoy vamos a repasar sus características.
Autoestima y su relación con el bienestar
Pese
a que el concepto de autoestima ha sido uno
de los más confusos, cuestionados y analizados a
lo largo de la historia de la psicología, la mayoría de expertos
indican que se trata de un elemento que se halla de manera innata en
cada individuo y que está expuesta a múltiples modificaciones a lo
largo de nuestra vida.
La
autoestima evoluciona y se desarrolla debido
a la relación con el mundo, y cambia constantemente ya que está
ligada al cambio de la sociedad. Diferentes contextos sociales y
culturales corresponderán con distintas percepciones sobre lo que
consideramos que es una autoestima sana.
Pese a que el concepto de autoestima ha sido uno de los más confusos, cuestionados y analizados a lo largo de la historia de la psicología, la mayoría de expertos indican que se trata de un elemento que se halla de manera innata en cada individuo y que está expuesta a múltiples modificaciones a lo largo de nuestra vida.
La autoestima evoluciona y se desarrolla debido a la relación con el mundo, y cambia constantemente ya que está ligada al cambio de la sociedad. Diferentes contextos sociales y culturales corresponderán con distintas percepciones sobre lo que consideramos que es una autoestima sana.
Los 4 tipos de autoestima
Como hemos comentado,
la autoestima necesita
ser alimentada, en grados diversos, desde el exterior. Aunque las
bases se construyen durante la infancia, la autoestima no es
inalterable en otras etapas de la vida.
Es
importante destacar que no es lo mismo autoestima que
la autoconfianza.
La autoconfianza (también llamada autoeficacia)
está relacionada con los objetivos y metas específicas que nos
proponemos, mientras que la autoestima se refiere a la valoración
global que
hacemos de nosotros mismos.
Ya
que la autoeficacia se refiere a la confianza
en la capacidad de
uno mismo por una meta tarea específica, alguien puede pensar que es
muy bueno practicando el tenis, sin embargo puede tener una
autoestima baja: igual le gustaría ser más alto o tener mejor
físico, por el contrario, confía en su habilidad para batir a sus
rivales en un campo de tenis. La autoeficacia podría afectar de
manera positiva a la autoestima del individuo si considera que es una
prioridad en su vida.
Para saber más sobre la
autoconfianza, podéis visitar nuestro artículo “La
Autoeficacia de Albert Bandura: ¿crees en ti mismo?”.
Como hemos comentado, la autoestima necesita ser alimentada, en grados diversos, desde el exterior. Aunque las bases se construyen durante la infancia, la autoestima no es inalterable en otras etapas de la vida.
Es importante destacar que no es lo mismo autoestima que la autoconfianza. La autoconfianza (también llamada autoeficacia) está relacionada con los objetivos y metas específicas que nos proponemos, mientras que la autoestima se refiere a la valoración global que hacemos de nosotros mismos.
Ya que la autoeficacia se refiere a la confianza en la capacidad de uno mismo por una meta tarea específica, alguien puede pensar que es muy bueno practicando el tenis, sin embargo puede tener una autoestima baja: igual le gustaría ser más alto o tener mejor físico, por el contrario, confía en su habilidad para batir a sus rivales en un campo de tenis. La autoeficacia podría afectar de manera positiva a la autoestima del individuo si considera que es una prioridad en su vida.
Para saber más sobre la autoconfianza, podéis visitar nuestro artículo “La Autoeficacia de Albert Bandura: ¿crees en ti mismo?”.
Factores que explican una buena (o mala) autoestima
Parece
ser que existen 4 factores relevantes que afectan a la autoestima,
son los siguientes:
La historia
de triunfos y
la posición alcanzada a través del reconocimiento que los triunfos
brindan.
Las
áreas asociadas a los distintos triunfos, siempre y cuando
sean significativos para
la persona.
El respeto,
aceptación e interés que
el individuo recibe de las personas que considera importantes en su
vida.
El control
y la defensa ante consecuencias e implicaciones negativas.
Es decir, la atribución interna o externa que hace la persona de
los eventos negativos.
En su libro Autoestima
e identidad. Narcisismo y
Valores sociales,
Luis Hornstein propone 4 tipos de autoestima. Según el autor, los
tipos de autoestima varían debido a que la valoración de uno mismo
puede ser más o menos alta y más o menos estable.
A
continuación os
presentamos cuáles son los cuatro tipos de autoestima que existen,
y sus características.
Parece ser que existen 4 factores relevantes que afectan a la autoestima, son los siguientes:
La historia de triunfos y la posición alcanzada a través del reconocimiento que los triunfos brindan.
Las áreas asociadas a los distintos triunfos, siempre y cuando sean significativos para la persona.
El respeto, aceptación e interés que el individuo recibe de las personas que considera importantes en su vida.
El control y la defensa ante consecuencias e implicaciones negativas. Es decir, la atribución interna o externa que hace la persona de los eventos negativos.
En su libro Autoestima e identidad. Narcisismo y Valores sociales, Luis Hornstein propone 4 tipos de autoestima. Según el autor, los tipos de autoestima varían debido a que la valoración de uno mismo puede ser más o menos alta y más o menos estable.
A continuación os presentamos cuáles son los cuatro tipos de autoestima que existen, y sus características.
1. Autoestima alta y estable
Las
circunstancias externas y los acontecimientos de vida tienen poca
influencia sobre la autoestima. Las personas con este tipo de
autoestima se
desenvuelven de manera abierta ya
que no necesitan defender su imagen, se defiende sola. Además, la
persona es capaz de defender su punto de vista sin desestabilizarse.
Las circunstancias externas y los acontecimientos de vida tienen poca influencia sobre la autoestima. Las personas con este tipo de autoestima se desenvuelven de manera abierta ya que no necesitan defender su imagen, se defiende sola. Además, la persona es capaz de defender su punto de vista sin desestabilizarse.
2. Autoestima alta e inestable
Las
personas con este tipo de autoestima, tienen una elevada autoestima
pero son incapaces de mantenerla constante. Los contextos
competitivos pueden tener un efecto desestabilizador. Responden
con actitud crítica ante el fracaso,
ya que estos son percibidos como amenazas. El individuo mostrará
convicción al defender su punto de vista, pero no aceptará otros
puntos de vista y tenderá a monopolizar la palabra en una discusión.
La inestabilidad de la
autoestima conduce a situar la autoestima como preocupación central
y exige preservarla a cualquier precio y apelar a una actitud
agresiva (para promoverla) o bien pasiva (para protegerla).
Las personas con este tipo de autoestima, tienen una elevada autoestima pero son incapaces de mantenerla constante. Los contextos competitivos pueden tener un efecto desestabilizador. Responden con actitud crítica ante el fracaso, ya que estos son percibidos como amenazas. El individuo mostrará convicción al defender su punto de vista, pero no aceptará otros puntos de vista y tenderá a monopolizar la palabra en una discusión.
La inestabilidad de la autoestima conduce a situar la autoestima como preocupación central y exige preservarla a cualquier precio y apelar a una actitud agresiva (para promoverla) o bien pasiva (para protegerla).
3. Autoestima baja y estable
En
los casos en los que hay una autoestima baja y estable, los eventos
externos (sean favorables o no) no alteran la autoestima del sujeto,
que no se esfuerza por promover su imagen personal y se infravalora.
Los
individuos con este tipo de autoestima son
indecisos y tienen un gran temor a equivocarse.
Estas personas no defienden sus puntos de vista ya que la valoración
de sí mismos es siempre negativa, creen que no están a la altura.
Este
tipo de autoestima es muy
frecuente en personas con tendencias depresivas,
que a causa de su mentalidad pesimista no suelen percibir sus logros
personales como tal, asumiendo que son fruto de la suerte o la
casualidad.
En los casos en los que hay una autoestima baja y estable, los eventos externos (sean favorables o no) no alteran la autoestima del sujeto, que no se esfuerza por promover su imagen personal y se infravalora.
Los individuos con este tipo de autoestima son indecisos y tienen un gran temor a equivocarse. Estas personas no defienden sus puntos de vista ya que la valoración de sí mismos es siempre negativa, creen que no están a la altura.
Este tipo de autoestima es muy frecuente en personas con tendencias depresivas, que a causa de su mentalidad pesimista no suelen percibir sus logros personales como tal, asumiendo que son fruto de la suerte o la casualidad.
4. Autoestima baja e inestable
Las
personas con este tipo de autoestima suelen ser
sensibles e influenciables por eventos externos.
En cuanto se enfrentan a un evento exitoso, su autoestima sube, pero
en cuanto termina la euforia del momento, su nivel de autoestima
vuelve a bajar.
Es
decir, que este tipo de autoestima está
definido por su falta de solidez y la inestabilidad que presenta,
la cual hace que se altamente sensible a todo tipo de eventos, por
irrelevantes que puedan parecer desde un punto de vista racional.
Ciertas clases de personas
narcisistas, por ejemplo, se caracterizan entre otras cosas por
tener una autoestima baja y muy dependiente de la opinión que
perciben de los demás.
Para saber más sobre esta
clase de autoestima, te recomiendo que leas este
artículo: "¿Autoestima
baja? Cuando te conviertes en tu peor enemigo"
Las personas con este tipo de autoestima suelen ser sensibles e influenciables por eventos externos. En cuanto se enfrentan a un evento exitoso, su autoestima sube, pero en cuanto termina la euforia del momento, su nivel de autoestima vuelve a bajar.
Es decir, que este tipo de autoestima está definido por su falta de solidez y la inestabilidad que presenta, la cual hace que se altamente sensible a todo tipo de eventos, por irrelevantes que puedan parecer desde un punto de vista racional.
Ciertas clases de personas narcisistas, por ejemplo, se caracterizan entre otras cosas por tener una autoestima baja y muy dependiente de la opinión que perciben de los demás.
Para saber más sobre esta clase de autoestima, te recomiendo que leas este artículo: "¿Autoestima baja? Cuando te conviertes en tu peor enemigo"
Bonus: Autoestima inflada
Otros
autores también hablan de un tipo de autoestima perjudicial para el
bienestar, la autoestima
inflada. Pero,
¿qué es la autoestima inflada?
La
persona con la autoestima inflada es
incapaz de escuchar a los demás,
mucho menos de aceptar o reconocer un error. La percepción de sí
mismos está tan inflada que se creen mejor que el resto. Cuando las
cosas se complican, no reconocer los errores y enseguida culpan a
los demás. Este tipo de actitud genera conductas negativas ya
que no son
capaces de hacer autocrítica y corregir los errores.
En general, estos individuos menosprecian a los demás y adoptan un
comportamiento hostil hacia ellos.
Otros autores también hablan de un tipo de autoestima perjudicial para el bienestar, la autoestima inflada. Pero, ¿qué es la autoestima inflada?
La persona con la autoestima inflada es incapaz de escuchar a los demás, mucho menos de aceptar o reconocer un error. La percepción de sí mismos está tan inflada que se creen mejor que el resto. Cuando las cosas se complican, no reconocer los errores y enseguida culpan a los demás. Este tipo de actitud genera conductas negativas ya que no son capaces de hacer autocrítica y corregir los errores. En general, estos individuos menosprecian a los demás y adoptan un comportamiento hostil hacia ellos.
Referencias bibliográficas:
Branden,
N. (2001). The psychology of self-esteem: a revolutionary approach
to self-understanding that launched a new era in modern psychology.
San Francisco: Jossey-Bass.
Coopersmith,
S. (1967). The Antecedents of Self-Esteem, New York, W. H. Freeman.
Hill,
S.E. & Buss, D.M. (2006). "The Evolution of Self-Esteem."
In Michael Kernis, (Ed.), Self Esteem: Issues and Answers: A
Sourcebook of Current Perspectives..
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C. (2006). Self-Esteem research, theory, and practice: Toward a
positive psychology of self-esteem (3rd ed.). New York: Springer.
Twenge,
Jean M. (2007). Generation Me: Why Today's Young Americans Are More
Confident, Assertive, Entitled — and More Miserable Than Ever
Before. Free Press.
Jonathan
García-Allen. (2015, junio 1). Los 4 tipos de autoestima: ¿te
valoras a ti mismo?. Portal Psicología y Mente.
https://psicologiaymente.com/psicologia/tipos-de-autoestima
Branden, N. (2001). The psychology of self-esteem: a revolutionary approach to self-understanding that launched a new era in modern psychology. San Francisco: Jossey-Bass.
Coopersmith, S. (1967). The Antecedents of Self-Esteem, New York, W. H. Freeman.
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Jonathan García-Allen. (2015, junio 1). Los 4 tipos de autoestima: ¿te valoras a ti mismo?. Portal Psicología y Mente. https://psicologiaymente.com/psicologia/tipos-de-autoestima
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